30 min.
120 min.
150 min.
Éste es un guiso aromático muy común en el norte de África que se sazona con fruta seca, jengibre y canela. Lo dulce de la miel contrasta con lo picante de la pasta de chile, y los garbanzos aportan carbohidratos ricos en fibra.
Ingredientes:
- 2 cdas. de aceite de oliva
- 500 g de carne de cordero magra, sin hueso (como pierna), en cubos
- 1 cebolla, picada
- ¼ de cdta. de hebras de azafrán
- 2 tazas (500 ml) de caldo de vegetales bajo en sal, diluido, o casero (pág. 29), caliente
- 1 cda. de pasta de tomate
- 1 naranja (la cáscara en tiras)
- ¼ de cdta. de jengibre en polvo
- 1 cdta. de canela en polvo
Preparación:
1Calienta el aceite en una cacerola honda. Agrega el cordero y fríelo hasta que dore ligeramente. Empuja la carne a un lado y añade la cebolla picada. Saltéala 5 ó 10 minutos, moviendo frecuentemente, hasta que se dore.
2Añade el azafrán al caldo y viértelo en la cacerola. Agrega la pasta de tomate, la ralladura de naranja y las especias. Revuelve bien y deja que suelte el hervor. Baja el fuego, tapa y deja cocer durante 1½ horas.
3Destapa la cacerola y saca una taza de la salsa. Incorpora la harissa y la miel a la salsa que reservaste; regresa la mezcla a la cacerola.
4Agrega las cebollitas o chalotes, los dátiles, los chabacanos y los garbanzos; revuelve. Deja hervir destapado a fuego lento 20 minutos, moviendo un poco.
5Sazona al gusto y espolvorea las nueces picadas; sirve. Coloca más harissa en la mesa para aquellos que gusten de un sabor más picante.
Porciones:
4