20 min.
60 min.
80 min.
Una receta francesa auténtica y tradicional. Rebanadas de cebolla salteadas en mantequilla y hervidas en caldo de pollo y vino blanco. Como la tradición indica, esta sopa se sirve con rebanadas crujientes de baguette y cubierta con queso Gruyère gratinado. El secreto de esta sopa, según los franceses, es cocinar las cebollas hasta que suelten todo su sabor y tomen un buen tono dorado.
Ingredientes:
- 40 gramos de mantequilla
- 3 cebollas, en rebanadas delgadas
- 2 cucharadas de agua
- 20 gramos de harina de trigo
- 1.5 litros de caldo de pollo
Preparación:
1Derrite la mantequilla en una cacerola grande a fuego medio. Agrega la cebolla y saltea, moviendo constantemente, de 15 a 30 minutos o hasta que empiecen a tomar color. Agrega 2 cucharadas de agua, tapa y cocina durante 15 minutos más.
2Añade la harina y mueve para cubrir con ésta la cebolla. Cocina durante otros 5 minutos, sin tapar y moviendo constantemente. Agrega el caldo de pollo, vino, sal y pimienta; deja que suelte el hervor. Reduce el fuego a bajo y deja que hierva suavemente durante 20 minutos. Rectifica el sazón.
3Mientras, tuesta el pan hasta que quede dorado y crujiente (esto evitará que desbarate en la sopa). Coloca 1 rebanada de pan en cada plato y sirve la sopa encima. El pan subirá a la superficie. Espolvorea cada plato con queso rallado.
4Coloca los platos con la sopa bajo el asador del horno entre 3 y 5 minutos, o hasta que el queso se derrita y burbujeé. Sirve inmediatamente.
Porciones:
6